Las condiciones de servicio, también conocidas como "términos de servicio" o ToS, son una serie de clausulas que encontramos cuando nos registramos en un servicio, vamos a usar por primera vez una aplicación o estamos instalando un software. Clausulas escritas, normalmente, en lenguaje jurídico (o pura verborrea legal, según se mire) y que describen cuáles son las condiciones de uso de un servicio determinado, qué se hace con nuestros datos, qué responsabilidades tenemos o qué obligaciones tiene el prestatario de los servicios.
Si bien sería lógico que este tipo de clausulas fueran fáciles de entender por los usuarios, la realidad es que están redactadas para ser un galimatías de tal calibre que los usuarios las aceptan sin revisar y sin leer. No es el único servicio que "casi" nos hace vender nuestra alma para poder usarlo; cualquiera de las redes sociales que usamos también tienen sus clausulas abusivas y, dado que en esta semana Facebook ha cumplido 10 años, vamos a poner el foco en la red social de Mark Zuckerberg para analizar qué condiciones hemos aceptado en Facebook, seguramente, sin haberlas leído.
Navegar y navegar por las clausulas
Las clausulas que definen las condiciones de Facebook, afortunadamente, están en castellano y, por tanto, se rompe un poco la barrera del idioma. Sin embargo, a pesar de la traducción, Facebook deja claro que lo que estamos leyendo es una traducción de un texto escrito en inglés de Estados Unidos y que, por tanto, el que prevalece como vinculante (el que aceptamos como contrato) es la versión en inglés así que si hay errores en la traducción no se tienen en cuenta desde el punto de vista de Facebook.Partiendo de esta base, el texto que encontramos en las condiciones de Facebook, y que nadie suele leer, está estructurado en 19 bloques que, a su vez, se expanden por un buen número de páginas "aclaratorias" con más ramificaciones y que intentan explicar (aunque es fácil perderse entre tanta página) qué es lo que hace Facebook con nuestros datos y con la información que generamos en su plataforma.
Tus datos, mis datos, nuestros datos
-
Aunque Facebook indique que somos los propietarios de los derechos de
los contenidos que subimos (nuestras fotos, nuestros vídeos...), la red
social de Mark Zuckerberg se auto-atribuye una licencia de uso mientras
seamos usuarios del servicio y, por tanto, puede usar nuestros
contenidos o los que generemos en aplicaciones conectadas con Facebook.
Dicho de otra forma, cuando subimos una foto a Facebook, el servicio
tiene derecho de usarla y puede mostrar nuestra foto de perfil en el
widget que se usa en una web o usar un vídeo subido en otra sección
aunque, eso sí, la visibilidad de los contenidos depende de nuestra
propia configuración de privacidad (y si hemos acotado la visualización
de los contenidos que hemos publicado).
-
Cuando eliminamos un contenido de Facebook, no es descabellado pensar
que éste desaparezca de la red social; sin embargo, las cosas no son
tan simples. Facebook nos avisa que aunque borremos algo puede que no
desaparezca del todo porque, como buena empresa tecnológica, guarda
copias de seguridad de sus bases de datos y contenidos y los retiene
durante un tiempo para poder recuperar información. Por tanto, aunque
borremos algo, lo más seguro es que Facebook lo siga conservando.
-
Que una aplicación acceda a nuestros datos, según Facebook, es algo
que depende de nosotros. Facebook se asegura de mostrar qué información y
acceso requiere la aplicación conectada y queda de nuestro lado aceptar
estas condiciones de la aplicación (y compartir nuestra información con
un tercero).
-
Por el hecho de usar Facebook, los usuarios nos convertimos en
"producto" de los anunciantes de la plataforma. Al registrarnos estamos
aceptando tácitamente que Facebook use nuestra foto de perfil, nuestro
nombre o nuestros contenidos para sus campañas publicitarias o
algoritmos de segmentación; de esta forma, usan nuestros datos para
modelar la publicidad que vemos o la que puedan ver otros usuarios
(indicando a nuestros amigos que a nosotros nos gusta una determinada
marca). Nuestra implicación en la publicidad es obligatoria y, por
supuesto, no recibiremos dinero alguno por nuestra participación.
-
Al usar Facebook consentimos que nuestros datos se almacenen en
Estados Unidos y, por tanto, les aplique la legislación vigente en el
país. De todas formas, hay una curiosa excepción para los usuarios de
Alemania que cuentan con unas condiciones especiales tras los distintos procesos legales contra la red social en este país.
Seguridad y protección de los usuarios
-
Facebook no garantiza que su plataforma sea segura; sí que es cierto
que impone ciertas "reglas de uso" y mecanismos para informar si nos
topamos con usuarios que ejerzan de stalkers, publiquen contenidos violentos, sean spammers o realices actividades comerciales fuera de las normas establecidas.
-
Para poder registrar una cuenta en Facebook, el usuario debe ser
mayor de 13 años y ofrecer información real (nada de nombres falsos o
registrarnos suplantando a otra persona). De hecho, al registrarnos, uno
adquiere una serie de compromisos con Facebook que,
teóricamente, debemos cumplir: mantener actualizada la información de
contacto, no compartir nuestra contraseña (aunque esto debería ser
obvio), no transferir la cuenta a un tercero, usar datos reales y,
además, acatar que Facebook pueda reclamar (y quitarnos) nuestro nombre
de usuario porque una marca lo reclame o se queje.
-
Facebook se reserva el derecho de retirar contenidos publicados si
considera que violan sus políticas o si alguien ha denunciado una
violación de derechos de propiedad intelectual. Además, para los
usuarios reincidentes, Facebook puede considerar la desactivación de las
cuentas sin previo aviso.
Los derechos del usuario
-
Facebook puede cambiar las condiciones del servicio cuando quiera, es
algo que deja bastante claro. Si bien es cierto que avisará a los
usuarios, en el momento que se apliquen los cambios y sigamos usando el
servicio, la red social de Mark Zuckerberg asumirá que los hemos
aceptado.
-
Nuestra cuenta puede darse de baja o desactivarse tanto si lo
solicitamos nosotros mismos como de manera unilateral por parte de
Facebook (por ejemplo, por un mal uso). La desactivación es temporal, es
decir, podemos volver a Facebook y reactivar la cuenta sin que los
datos se hayan perdido. En el caso de eliminar nuestra cuenta, Facebook
eliminará nuestros datos aunque, eso sí, con la prerrogativa que
comentábamos al inicio: las copias de seguridad se mantienen.
-
Aunque eliminemos nuestra cuenta del servicio, Facebook mantiene
vigente algunas clausulas de sus condiciones de servicio y, además de
mantener los backups, los likes que hayamos hecho o los contenidos que se hayan compartido como "públicos".
-
Facebook es una empresa estadounidense, por tanto, la legislación que
aplica es la de su país: la ley estadounidense de protección de los
derechos de autor (Digital Millennium Copyright Act) o la ley de
protección de la privacidad de vídeo (Video Privacy Protection Act,
VPPA) y, en caso de demanda, el fuero que aplica es el del tribunal del
Distrito Norte de California o en un tribunal estatal del Condado de
San Mateo. Además, Facebook queda exenta de toda responsabilidad por
nuestros actos y en caso de demanda por algo que hayamo hecho, ellos
permanecerán al margen.
-
Facebook no ofrece garantías de disponibilidad del servicio ni
tampoco se hace responsable de lo que hagan los usuarios, ellos redactan
un código de conducta que intentan que se cumpla pero tampoco
garantizan que esto vaya a ocurrir en el 100% de los casos.
-
Si Facebook no cumpliese alguna de sus clausulas, no pasa nada. Que
Facebook no cumpla no invalida el contrato y si hay alguna clausula que
no se pueda cumplir por motivos técnicos o legales tampoco pasa nada,
todo lo demás sigue siendo de aplicación.