El cómputo en la nube (cloud computing en inglés) define la posibilidad de acceso a una multiplicidad de soluciones
de Tecnologías de la Información (TI) con el sólo hecho de contar con
conexión a Internet. La nube no es única, no es el Internet, pero
tampoco es sólo un servicio, las nubes pueden ser tanto privadas como
públicas y en ellas, las capacidades informáticas del software proveen a
los individuos o empresas con una variedad de servicios. Los servicios
que ofrece la nube van desde el correo electrónico, pasando por la
provisión de capacidad de almacenamiento, hasta aplicaciones específicas
para cada empresa o industria.
Sus beneficios se traducen, en primer lugar, en la generación
de economías de escala a partir de recursos básicos de hardware, como
una computadora y conexión de red. Este elemento se vincula con el ahorro
de inversión para las empresas que se hubiese destinado a la compra de
servidores u otros equipos de procesamiento y almacenamiento de datos.
Otra de las bondades de la nube es que produce eficiencias en
la operación y asignación de recursos, tanto humanos como tecnológicos,
con la consolidación de soluciones en un solo recurso digital.
Adicionalmente, los servicios de la nube son flexibles y adaptables a las necesidades crecientes de los usuarios, debido a que están basados en Internet.
En este sentido, las ventajas de la nube pueden ser incorporadas para
todos. Existen soluciones para grandes corporativos, que si bien pueden
costear equipamiento avanzado de TI, recurrir a una nube privada
permite potenciar su crecimiento, elevar su productividad y minimizar
sus costos de capital. Por su parte, las pymes, al incorporar servicios
de la nube pueden optimizar sus recursos presupuestales y dirigirlos a
la compra de soluciones virtuales que los aproximen a la capacidad
productiva de los grandes agentes económicos. Además, la facilidad de
acceso a los servicios de la nube constituye una gran ventaja para la
administración de estos negocios.
Incluso, se estima que el crecimiento
en la demanda por los servicios de la nube resultará de la
susceptibilidad de adopción de las pymes. En el corto plazo, 30% de
estas empresas, que representan aproximadamente 67,400 unidades
económicas, puede ser beneficiado por estrategias tecnológicas basadas
en la nube, con pleno goce de sus efectos multiplicadores. También,
pueden verse beneficiadas alrededor de 243,400 micro-empresas de alto
poder, que por su giro de negocios (diseñadores de software,
consultorías, casas de cambio, etcétera) son intensivas en el uso de la
tecnología y asemejan su consumo de servicios TI a los grandes
corporativos.
Los gobiernos también pueden ser parte de la experiencia del cómputo
en la nube. Países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, entre
otros, han implementado este tipo de soluciones para hacer más
eficientes los procesos administrativos, fomentar el uso de las TI,
consolidar espacios en la red para la colaboración entre entidades de
todos los órdenes de gobierno, así como mejorar la impartición de
servicios a la ciudadanía.
Por lo tanto, la transición hacia los servicios de la nube no sólo
indica el paso de infraestructura tradicional de TI a soluciones
ubicuas, sino que involucra una gama de efectos multiplicadores para sus
usuarios. La adopción de servicios en la nube, alineada con estrategias
empresariales, permite optimizar procesos, reducir costos y aumentar la
productividad, lo que finalmente lleva a incrementar los ingresos de
las empresas.